martes, 28 de abril de 2009

El Roto: verdades a bocajarro



Creo que no debo decir mucho al respecto y de hecho, cuando he pensado en colgar una entrada dedicada a su trabajo he pensado sobre todo en colgar sus dibujos. Siempre que veo sus dibujos me siento maravillada y sobrecogida, por su agudeza y su puntería certera y mortal, como dardo envenenado. Por su visión de la realidad tan abierta, crítica, cuestionadora, que provoca a reflexionar sobre la realidad misma.

Muchas veces he pensado qué interesante sería una conversación con este tipo. Apuesto a que te hace cuestionarte más de uno de tus principios. ¿Será así de genial y temible como me imagino o simplemente hablará de Ipods y comida japonesa de diseño? No, ese señor no puede ser así, como los gilipollas. ¿Será como el extraño Robert Crumb, un tipo raro y especial cuya sensibilidad le ha alienado del trato social? Quizás sea un tipo lleno de encanto que ilumina las fiestas a las que acude con su verborrea Wildeana y baja las escaleras como Gloria Swanson en "Sunset Boulevard".

Intrigada por todo esto, he buscado por internet una foto suya. El señor en cuestión tiene nombre y es Andrés Rábago. Cómo no, no podía apellidarse Martínez. Rábago, por ser esdrújula, tiene la musicalidad necesaria para dejar un eco con forma de interrogación en el aire. También he encontrado algunas fotos, pocas. He escogido la primera de todas que me aparecen porque es la más difusa y creo que esto es lo que mejor conjuga con la idea que tengo del Roto. Incluso, en esta foto difusa, me recuerda a David Cronenberg. Otro personaje del cual he pensado más de una vez lo increiblemente interesante que sería una conversación con él. David Cronenberg... ¿hablará de entrañas y esquizofrenia? ¿o de pistoleros y mafiosos de cuerpo esculpido a navaja? Bueno, eso ya es otra foto.

Os pongo tan solo 3 dibujos del Roto:











miércoles, 22 de abril de 2009

¡¡¡¿Pero esto que és?!!!


Comentaré lo que sucede en el último spot de Telefónica:

En él sale un tío que pierde el trabajo, llama a su mujer por teléfono y se lo cuenta. Ella le dice que no se preocupe, que todo se solucionará. Ella, desde el teléfono que está situado en su inmensa cocina, llama a una amiga y le dice:

-Oye, ¿tu no tenías un amigo que se dedicaba a lo mismo?

Y luego se ve a su amiga haciendo llamadas para mover los hilos. Y todo el mundo colabora, incluido un tío calvo y fondón con camisa de cuadros, que sale en su jardín podando un seto mientras su esposa, ella con figurín de corporación dermoestética, recibe la llamada de la amiga de la mujer del tipo que ha perdido el trabajo.

Acto seguido se ve al tipo fondón con un portátil recibiendo el currículum del tipo recién desempleado y luego examinándolo, ya con camisa azul y corbata, con otro "trajeao". Vamos, que el tipo fondón que está en su casa, que se intuye de puta madre, con jardín, disfrutando de la delectante tarea de la poda de setos, se pone el traje para mover hilos por el recién desempleado.

¡Ay! No hay como tener contactos bien situados en el mundo empresarial.

La cuestión es que seguidamente se ve al tipo desempleado en la cocina de su casa con su mujer y suena el teléfono. Ella, amorosamente, le dice:

-¿Lo coges?

Pero de un modo en plan: Ay, qué mujercita más guay soy, que como un duendecillo de Santa Claus he estado maquinando para encontrarle curro a mi marido y ahora hago como que no tengo nada que ver y así de paso no hiero su ego masculino.

Y resulta que sí, es para él. Porque gracias a los contactos que su mujer ha movido desde la cocina, le llaman para ofrecerle un trabajo. Ojo al dato: en menos de 24 horas. Y el anuncio acaba con un rótulo que dice:

www.telefonica.es/teayudamos

¿Cómo que "Telefónica, te ayudamos"? ¿Pero qué guasa es esta? Esto es un insulto a las miles de personas que están perdiendo su trabajo en estos tiempos y que como no están casadas con una mujer que se pasa el día en una cocina que parece la central de las oficinas de ocupación de alto standing, siguen sin encontrar trabajo.

Como dijo Matías Prats en medio de un ataque de nervios:

- ¡¡¡¿Pero esto qué es?!!!

martes, 14 de abril de 2009

Cautivos y captores


La verdad es que siempre me dio bastante asco la campaña que se hizo para que se liberase a Ingrid Betancourt, porque antes y después que a ella habían secuestrado a otros que, por ser pobres, no tuvieron quien les hiciese campaña de ningún tipo.
Ingrid Betancourt fue y será una privilegiada, secuestrada o no. Y este estatus que nunca perderá, ahora sabemos también, gracias a un libro recientemente publicado por algunos compañeros suyos de secuestro, lo mantuvo durante su cautiverio. No ya sólo por la deferencia que sus captores quisieran tener con ella por considerarla "mercancía de primera" para negociar, sino también por su actitud hacia los otros cautivos que fue, según cuentan en el libro, egoísta, soberbia y ruín. Según mi opinión, actitud natural en los de su clase. Actitud que por otra parte es la que les ha hecho llegar a la cima en la que se encuentran. Porque, ¿qué si no ha permitido a los reyes llegar a serlo? Entre otras cosas no dudar en robar y matar a los demás para conseguir el poder.

Ingrid Betancourt no es reina, ni pertenece a ninguna casa real conocida. Ni falta que le hace, porque ella forma parte de una clase privilegiada de su país que vive y se comporta con el resto como si fueran superiores. Es común entre esta clase, por ejemplo, llamar a los que son de tez más oscura que la suya "indios". Los de esta clase suelen tener la tez más clara, porque pertenecen a familias de origen europeo que de forma oportunista fueron a enriquecerse a Sudamérica. Esta actitud, que es en esencia clasista, acaba convirtiéndose en racista, porque acaban creyendo que hay una relación directa entre el color de su piel y sus cuentas corrientes.

Por esa razón, he llegado a oír en alguna ocasión a una persona de un país sudamericano referirse a un compatriota suyo como "indio" con desprecio, cuando quizás él mismo simplemente tiene la piel de un tono un pcoo más claro, pero sus rasgos son tan indios como los del compatriota suyo que desprecia.

En España, por supuesto, hay muchas personas igual de estúpidas y para mí es mucho peor, porque, al vivir en el mismo país que yo, tengo que aguantar diariamente sus repugnantes actitudes y desagradables comentarios. Es más, en España la diferencia económica entre muchos racistas y el objeto de su odio no es tanta como la que hay entre los racistas de los países sudamericanos y los indios a los que desprecian. Por eso, los racistas españoles me parecen aún más estúpidos, porque están encontrando más diferencias con sus compañeros de clase que con sus explotadores, que son los mismos para ambos. Me parecen más estúpidos porque ven una distancia más insondable con un inmigrante de tez oscura que con el jefe de la patronal, por poner un ejemplo. Más estúpidos si cabe, que la estúpida que se niega a compartir a partes iguales la comida con sus compañeros de secuestro o que les acusa de ser miembros de la CIA ante sus captores.

Pero Ingrid Betancourt se equivocó, porque esta vez no estaba tratando con los pobres a los que estaba acostumbrada, que no pueden ni saben defenderse de los abusos de la clase dominante a la que ella pertenece.

Os dejo un enlace a la noticia que explica lo que cuentan los compañeros de secuestro de Ingrid Betancourt sobre ella.




En este otro enlace podéis leer:

“Era arrogante, pensaba que el campamento donde estaban le pertenecía a ella y que el lugar lo habían construido para ella”. Betancourt habría incluso llegado a decir que se llevasen de allí a los estadounidenses “porque eran de la CIA o porque quizás tenían chips dentro de su cuerpo que hacían fácil el rastreo”. “Nos podían haber matado simplemente porque Ingrid quería más espacio para ella”

http://pabloperezarmenteros.wordpress.com/2009/02/27/ingrid-la-manipuladora/